Los síntomas más comunes en las patologías de cadera son dolor, rigidez e incapacidad; lo que conocemos como la limitación funcional. El dolor aparece en fases muy tempranas, e inicialmente afecta sólo a los movimientos para posteriormente aparecer durante el reposo. La localización del dolor puede surgir en la nalga, en la parte externa del muslo, en la ingle e incluso en la rodilla; los dolores de rodilla que no encuentran explicaciones locales son a menudo secundarios de una afección de la cadera.
Problemas en la zona de la cadera producirán limitación para hacer casi cualquier actividad cotidiana ya que es la articulación que sostiene las extremidades inferiores, disminuyendo el perímetro de marcha, dificultando la subida de escaleras o entorpeciendo la capacidad de ponerse los calcetines o anudarse el calzado.
Existen ejercicios que tonifican y mantienen en buenas condiciones esta articulación, aunque siempre antes de iniciar cualquier programa de ejercicios debe de consultar con su médico o fisioterapeuta para confirmar que usted está en condiciones de ejecutar estos ejercicios, o si necesita hacer modificaciones a los mismos, omitirlos o realizar otros.