¿Por qué y para qué balbucean los bebés?
El balbuceo no se provoca, por lo general, hasta aproximadamente los cuatro meses, aunque es verdad que los niños antes ya hacen algunos sonidos de manera activa. El balbuceo es su manera de ir entrenando los músculos faciales y los órganos fonatorios para poder aprender a hablar y, también es una manera de acercarse a su lengua y a su entorno. Además de ello, los adultos no sólo le van a dar información al hablar, sino que también van a interpretar sus vocalizaciones, dándoles un sentido en el contexto en el que está el niño. Con esto, podemos ver como los niños pasan de vocalizaciones reflejas como es llanto, a juegos vocálicos, apreciaremos el balbuceo reduplicativo, cuando los niños repiten dos sílabas iguales (mamá, tatá), al que le seguirá el balbuceo no reduplicativo, cuando repiten sílabas diferentes que comienza a constituir una jerga, es decir, una manera de hablar en la que no dicen palabras pero realizan subidas y bajadas de tono que se parecen a la forma de hablar de los adultos.
¿Cómo se produce la transición entre el balbuceo y las primeras palabras del bebé?
En su proceso de evolución entre el balbuceo y las primeras palabras, los niños empezarán, poco a poco, a imitar más sonidos de lo que dicen sus padres y a relacionar la información que les está dando su entorno sobre un objeto con el mismo. De esta manera, aparecerá la jerga de la que hablamos anteriormente y, en esa jerga, irán utilizando la unión de varios sonidos semejantes a una palabra para referirse a algo siempre de la misma forma, por ejemplo, cuando dicen “aga”, para agua, algo que entiende la gente del entorno en el que está, y, finalmente, esos sonidos evolucionarán hasta la primera palabra.