Las causas más frecuentes del neumomediastino médico en niños son las exacerbaciones del asma (59-75%), seguido de las infecciones (16-28%), como las infecciones de vías aéreas superiores, bronquiolitis, neumonía intersticial bilateral, etc. Otras posibles causas son la presencia de un cuerpo extraño en la vía respiratoria o esófago, la fibrosis quística, la inhalación de drogas, el ejercicio físico (sobre todo natación, tenis, culturismo, etc.), la deglución forzada, etc.. Por tanto, aquellas enfermedades o situaciones que predisponen a la realización de maniobras de Valsalva por medio de tos vigorosa, vómitos o esfuerzos respiratorios intensos son las que con más probabilidad pueden causar un neumomediastino.
Los síntomas más frecuentes son el dolor torácico y la disnea, aunque también pueden quejarse de dolor de cuello, tos, debilidad y disfagia. Menos frecuentes son el dolor de espalda, hombro y abdomen, así como el cuello hinchado. El hallazgo físico más común y que suele ayudar a llegar al diagnóstico es el enfisema subcutáneo. Con frecuencia más variable según las series se puede dar también el signo de Hamman, que consiste en la auscultación de una crepitación sincrónica con los latidos cardíacos.